11 de enero de 2013

Era interminable...


Mi conciencia estaba tranquila, le había dicho todo lo que sentía tanto en ese momento como antes. Por fin podría conciliar el sueño que tanto ansiaba, al menos eso creía.

Pero no fue así.

Mis noches se volvieron más intensas, con muchas más dudas y mi interior necesitaba una respuesta. Una respuesta que no llegaba y cada día que pasaba se hacía menos y menos soportable el dolor que expresaba mi cuerpo por esa respuesta.

Las noches contagiaron a los días, los días a las horas, las horas a los minutos y todo se hizo eterno. El tiempo en sí se volvió interminable, insoportable sin aquella respuesta. Y solo Numb resonaba en mis cascos.

Al principio quise una respuesta elaborada y sencilla, que me dejara claro su punto de vista. Pero con el tiempo me conformaba con un “Lo he leído, me has hecho demasiado daño para que te perdone. Adiós.” Preferí sentir el mayor dolor a aquella angustia que me mataba dolorosamente poco a poco.

Y el día menos esperado, cuando toda esperanza sobre una posible respuesta se había esfumado… Sucedió. Hubo una respuesta, la cual me plantearía nuevas dudas, pero yo me ilusioné por esa respuesta. SU respuesta.




Dime, de qué manera o forma conseguiste que, por ti, rompiese mis normas.



Yo, era un manojo de nervios manejado por tu cuerpo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario